MANUSCRITOS DE REN, Resumenes (Exilio I/Exilio V)

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El Exilio ocurre después de la Historia de Azarkia.

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[center]1ª Adaptación de los manuscritos de Ren. “La última escaramuza”

La gran guerra tocaba a su fin, las bestias ahora arrinconadas estaban a un paso de perder la guerra por el valle. Aprovechando las peleas internas entre esas criaturas sanguinarias, los cuatro clanes se reunieron en Garrote Gordo, capital del clan oso y emplazamiento clave puesto que era la ciudad que marcaba la frontera entre humanos y el resto del mundo.

La planificación para asestar el golpe definitivo y acabar con las bestias de una vez por todas llevó varios meses. Como contratiempo entre las criaturas oscuras se alzó un nuevo caudillo, cobrando fuerza y sometiendo a todas las demás.

En pocas semanas la ciudad se convirtió en un campo de batalla, y en el lugar de numerosas contiendas. En una de esas pequeñas disputas fue herido Riledik el joven y prometedor hijo del líder lobo. Las serpientes se negaron a sanar sus heridas alegando que no fueron obra de las bestias. Fue entonces cuando Soodem el miembro más radical del clan lobo perdió los papeles y asesinó atravesando con una lanza a la líder serpiente Annuviel.

Los osos expulsaron de inmediato al clan lobo, dejándolos sin la protección de las murallas. Ante la incertidumbre Thortherack y sus huestes atacan Garrote Gordo. El ataque coge desprevenidos a los humanos que enfrentados entre sí se ven sorprendidos.

Ren “El inmortal” lidera la defensa junto a Shironishi “Maestro del acero”, Rydac y Crystai. La batalla es sangrienta, las bestias que superan en número a los humanos ganan ventaja. Cuando todo parecía perdido, Riledik aparece junto con su padre y una tropa de lobos que atacan por retaguardia las fuerzas de Thortherack. La batalla se cobra innumerables vidas, entre ellas la del gran líder del clan lobo “Rüga Warg”, y la mayoría de soldados presentes. En un alarde de inmenso coraje Rydac se juega el pellejo para que el futuro jefe lobo asesine al caudillo, vengue a su padre y dé con su muerte la primera paz de Azarkia en muchos años.

Sin tiempo para celebrar la victoria Riledik es asesinado por Thaqueris la hermana mayor de Annuviel dejando al clan lobo sin liderazgo alguno. Rydac estalla en cólera pidiendo justicia y es ahí cuando se llega a un acuerdo. Las serpientes realizan un ritual de sangre haciendo uso del “libro de los muertos”, el ritual no tiene la fuerza esperada y solo devuelve la vida a Annuviel y Rüga Warg.

El líder lobo ataca de nuevo a Thaqueris encolerizado por la noticia de la muerte de su hijo, los soldados le rodean y le propinan una brutal paliza que le dejaría secuelas de por vida. Tras la humillación Rüga es exiliado para siempre bajo pena de muerte.


Fragmento adaptado de los manuscritos de Ren “El inmortal” por Zadkiel “El sabio”. Los originales están escritos en primera persona con detalles personales de la vida del zorro.

Hacía ya tres años que la gran guerra tocó a su fin y toda Azarkia ha vivido en paz desde entonces, las ciudades se han reconstruido, el orden se ha recuperado, pero por mucho tiempo que pase hay heridas que no pueden ser sanadas. Los lobos ahora expulsados atesoran un odio profundo hacía las serpientes. A pesar de ser perseguidos y acorralados en unas colinas, los miembros más expertos aun rondan por los dominios del valle.

Como todos los años desde que Riledik diera el golpe crítico a las bestias y acabara con la guerra, se celebra un concilio que une a los tres grandes clanes para tomar decisiones que afecten a las tierras de Azarkia, en el cual en esta ocasión se ha decidido por unanimidad el crear una ciudad allí donde un día se decidió el futuro de hombres y mujeres, así comenzó la reconstrucción de la ciudad más importante de la historia, Azarquiel.

Se dice que dicha decisión se ha tomado por seguridad, si el concilio se realiza en una ciudad neutral, sería más difícil la traición de alguna de sus partes, se dice que de esta manera las bestias no tendrán forma alguna de pisar tierras de Azarkia, a pesar de que muchas de ellas aun se pasean por los pueblos y aldeas quemando cultivos y asesinando al ganado. Se dicen muchas cosas, pero lo que no se dice es el interés personal de cada clan en ese lugar donde la magia fluye como torrentes de agua, allí donde riquezas increíbles aguardan a los valientes.

Contra todo pronostico las serpientes serán las que se encarguen del gobierno de la ciudad, pero no Annuviel ni su hermana en persona, en esta ocasión envían a Crystai para asegurarse el control de la misión, dejando de un lado a los osos siendo estos relegados a la simple función de guardias, por otro lado los zorros solo han mandado un pequeño grupo de civiles a esta zona tan peligrosa, liderados de nuevo por Ren, y por Shironishi.

Los humanos confiados, comenzaron a reconstruir la ciudad nutriéndose de los bosques cercanos, fue así como despertaron un poder que se hallaba dormido. Árbol a árbol la vida del bosque fue menguando y una Dríada se levantó encolerizada. Sus primeras victimas fueron un par de exploradores lobo que andaban inspeccionando las actividades de los demás clanes en la zona. Las son capaces de apropiarse totalmente de tu voluntad en tan solo unos minutos.

Mientras eso sucedía el campamento recibió una visita inesperada, un orco y un trasgo aparecieron entregándose, apelando que no querían hacer daño a nadie, que no estaban corrompidos por la destrucción del cristal y que solo querían unirse al convoy. Los osos los arrestaron y asesinaron a sangre fría mientras permanecían desarmados y amarrados. Todo un deshonor para el capitán de la guardia, Geomorf.

Durante la reconstrucción la dríada y sus secuaces (cada vez más numerosos) fueron menguando la actividad del campamento hasta pararla por completo.

Tuvo lugar una negociación que acabó con un ataque sangriento por parte de los seres del bosque, fue entonces cuando el campamento se inclinó por pasar a la acción.

Ren por otra parte encargó a Shironishi que hiciera para el una espada con la mayor calidad posible, una espada capaz de aguantar un hechizo. Shiro no dudó en complacer a su señor y fabricó la espada más perfecta de todo el reino, gracias al secreto del acero.

Los clanes urdieron un plan para dar caza a la dríada, las serpientes propusieron la construcción de tres altares de forma estratégica para encerrar a la bestia en un campo de bloqueo mágico, y así al fin poder darle muerte y continuar con la misión.

Todo parecía dispuesto, pero sin embargo Ailea, la mejor hechicera del grupo, cambió de bando ofreciendo a la dríada la posición de los tres altares junto con todos los recursos del campamento, oro, gemas, hierbas y demás. Aún no había acabado de hablar cuando un secuaz de la dríada “Enestar” que anteriormente había sido lobo le rebanó el cuello quitándole la vida en tan solo un instante.

Con la información descubierta el plan no salió como los humanos habían planeado y la batalla se cobró incontables bajas. Los zorros viendo la situación decidieron retirarse y conservar la vida. Sin embargo no quedó serpiente con vida, y tan solo un oso conservó el pellejo. Geomorf huyó después de la batalla, sabedor de que su clan le juzgaría por dos delitos, el deshonor de los asesinatos y el fracaso de la reconstrucción de Azarquiel.

La ciudad más grande jamás construida tendría que esperar.


Fragmento adaptado de los manuscritos de Ren “El inmortal” por Zadkiel “El sabio”. Los originales están escritos en primera persona con detalles personales de la vida del zorro.

Tras la masacre acontecida por la dríada del bosque, un poder mayor y más siniestro se alzó en aquel páramo. Enestar el lobo que cayó bajo las redes de la dríada encontró una tumba coronada con una espada llena de óxido. La espada despertó su curiosidad, después de discutir con su compañero Bright, finalmente se envalentono a coger la extraña espada. Sin darse cuenta, había despertado un poder que jamás hubiera imaginado.

Cuando se halló solo, la espada comenzó a hablarle y le advirtió de que una maldición había caído sobre él. La espada le sometía a prueba, si no cumplía sus deseos esta se apoderaría de su alma matándolo en un instante. Fue así como la espada empezó a poner a Enestar a prueba.

La primera petición de la espada fue simple, debía matar con ella a alguno de sus enemigos, y la espera no se hizo larga. Aprovechando uno de los ataques de los entes del bosque al campamento Enestar atravesó a una pobre joven.

La segunda petición de la espada fue más complicada, en esta ocasión Enestar debía acabar con la vida de una persona que no fuera enemiga suya, pero que tampoco fuera su aliado. La duda le rondo la cabeza, robar la vida de un inocente era algo más complicado. Vio su oportunidad perfecta cuando Ailea reveló todos los planes de los clanes a la dríada. Sin pensárselo le cortó el cuello de lado a lado.

La tercera petición de la espada era realmente la que le ponía a prueba, un amigo, o más bien su mejor amigo. Una vez llegado a ese punto Enestar no podía parar, y aprovechando que la dríada separó el grupo asesinó a Bright culpando más tarde a las serpientes.

Finalmente la espada le pidió que se quitara la vida, para así poder recibir su recompensa. Enestar no lo dudó y se atravesó el estomago muriendo al instante, en una noche sin luna, el viento comenzó a soplar fuerte y Enestar volvió a la vida de manos de la mismísima Parca. La muerte le reveló sus nuevos poderes necromanticos y su inmortalidad, y le llamó Karthus. Enviado al mundo, para arrasarlo todo. Sin embargo su poder no se hallaba completo, para ello debía hacerse con el libro de los muertos y entregarlo a la Parca.

Karthus rondó el mundo en silencio levantando a los caídos en las batallas, a los muertos por la enfermedad y a todo aquel que yacía en la tierra.

Los tres clanes se disponían a hacer las paces con las bestias que no se encontraban corrompidas por el cristal destruido entregándoles a Geomorf para ajusticiarlo públicamente. La expedición además se hizo en mitad de la noche y ocultaba otro propósito. Ren había pedido la espada creada por Shironishi para imbuirle un poder muy especial, la espada debía poder segar la vida de un inmortal. Para ello, las serpientes lideradas por Anduriel a la que había sido confiado “El libro de los muertos”, hicieron un ritual para implantar ese poder en la espada. Shironishi que se encontraba bajo el efecto de una extraña enfermedad envió a su discípulo Shiroshi para que hiciera el trabajo en su lugar y de paso encontrar una cura para su enfermedad.

Nada más empezar el paseo nocturno, unos extranjeros asaltaron al grupo, tan solo uno de ellos hablaba la lengua común, se trataba de humanos del este, de un nuevo clan llamado Escorpiones. Al-Kaed su líder pidió ayuda al grupo para curar a un compañero suyo que se encontraba en estado grave y advirtieron a la expedición de que los muertos se levantaban de nuevo como seres putrefactos que atacaban a cualquiera.

Nada de esto detuvo al grupo y prosiguieron la marcha, a pesar de un intento de fuga de Geomorf provocado por un zorro llamado Jimbey, el oso fue ajusticiado y ejecutado. Acto seguido se procedió a realizar el ritual.

Los no muertos atacaban en pequeñas oleadas poniendo en peligro al grupo pero finalmente el ritual se completó. Al terminarlo Anduriel se desmayó agotada, y dejó a cargo de una de sus hechiceras el libro de los muertos. Fue entonces cuando todo se torció, el soldado escorpión que estaba infectado empezó a convulsionar alertando a todo el grupo, aprovechando el desconcierto, Karthus entró en escena para robar el libro de la muerte de las manos de las jóvenes serpientes que se habían quedado atrás.

Dispuesto a entregárselo a la Parca, negoció con ella. La muerte cogió el libro y soltó una carcajada. Ante la sensación de que la muerte iba a traicionarle Karthus aprovechó un despiste para robarle el libro y con él su alma. Lo imposible se realizó, Karthus obtuvo el poder de la mismísima muerte, y enfocó su cólera a la pequeña expedición próxima.

Los humanos confiados de poder vencer al no muerto con la espada cargaron contra él. Pero el poder de Karthus era demasiado grande, y las primeras lineas perdieron la vida casi al instante. Shiroshi huyó con la espada, perseguido por Ren, y Soujiro, que fueron incapaces de darle caza.

Sin la espada de por medio, el liche se levantó y arrasó con todo lo que se le puso por delante.


Fragmento adaptado de los manuscritos de Ren “El inmortal” por Zadkiel “El sabio”. Los originales están escritos en primera persona con detalles personales de la vida del zorro.

Azarkia fue azotada por la plaga que levantó el nigromante. Poco a poco, todas las ciudades fueron cayendo, las batallas solo aumentaban más las filas del enemigo, y los clanes desesperados convocaron un concilio de emergencia en la capital de los zorros, la prospera ciudad de “Brecha”. El concilio invitó también a clanes que se encontraban en el exilio, como los lobos y las bestias, que aparecieron lideradas por un orco llamado “Elrik el tuerto”.

Se llamaban así mismos los Primeros Nacidos, y exigían que no se les comparase en absoluto con las bestias corruptas y sanguinarias que moraban el mundo. Por primera vez después de muchos años, los humanos vieron, elfos, enanos, goblins andando por sus ciudades como ciudadanos libres.

Brecha se convirtió entonces en el centro del mundo. Los seis clanes, incluidos los casi desconocidos escorpiones, se sentaron en una mesa a dialogar las condiciones de un pacto que les favoreciera en la lucha contra Karthus. Aquel concilio reunió a nombres tan celebres como Ren, Annuviel, Tork “Espada Negra” líder de los osos, Sandor Bosqueespeso líder de los lobos y Elrik el tuerto. Todos los clanes tenían sus peticiones pero en esta ocasión en vez de pelear por intereses propios se llegaron a ciertos acuerdos que convenían a todos. El odio entre serpientes y lobos, quedó erradicado.

Al margen del concilio, la guardia tenía por orden la búsqueda y captura de Shiroshi el aprendiz de herrero que portaba la única arma capaz de hacer frente al liche. Shiroshi además era el responsable directo de la muerte de su maestro.

Soujiro en cambió se encontraba preso por el intento de asesinato de Ren, y posterior intento de robo de la espada. Soujiro cometió el error de desconocer la inmortalidad de Ren y eso supuso su fracaso absoluto. Finalmente Ren no presentó cargos y Soujiro fue puesto en libertad.

A pesar de que una tregua unía los clanes, algunos de ellos tuvieron conflictos. El odio a la magia por parte de los escorpiones acrecentó una disputa con la dríada Palmira, que acabó convirtiendo al campeón de la arena Al-badir en un frondoso árbol. Uno de los lobos en cambio fue apresado por robar a un guardia todas sus pertenencias, sin embargo lejos de celebrarse un juicio sus compañeros de clan, hicieron justicia con el, para dar ejemplo.

Cuando todo parecía ir en el buen camino, Brecha fue atacada por un pequeño grupo. Shironishi el herrero mítico que forjó la espada apareció de entre los muertos con un mensaje de Karthus, el tiempo se agotaba, y pronto todas sus almas le pertenecerían. El herrero se había levantado como un secuaz del liche, esto complicaba aun más las opciones de victoria. Los no muertos atacaron, cobrándose algunas vidas, tan solo era una batalla, la guerra acababa de comenzar.

Fragmento adaptado de los manuscritos de Ren “El inmortal” por Zadkiel “El sabio”. Los originales están escritos en primera persona con detalles personales de la vida del zorro.

Karthus atacó arrasando con todo, persiguió a los humanos hasta la ultima de sus ciudades. Fue entonces cuando los humanos ahora más fuertes después de la unión de sus clanes lanzaron su ofensiva. El líder de los osos, Tork “Espada Negra” luchó frente a frente contra el no muerto y consiguió despacharlo en dos ocasiones. A pesar de eso los osos sufrieron múltiples bajas alimentando aun más las hordas pútridas. Con Karthus debilitado por los enfrentamientos directos los clanes juegan su ultima carta enviando a un grupo de voluntarios en misión suicida para intentar darle muerte. Con la esperanza de encontrar a Shiroshi y la espada, piensan que atacar será lo único que Karthus no espere.

Los voluntarios levantan un improvisado campamento en la frontera del territorio hostil, protegido por una torre de anulación mágica creada por las serpientes. Este ultimo bastión de esperanza se llamaría “Campamento Filo Ardiente”. Cada clan tenia su propio plan para acabar con el liche, aunque la orden de encontrar la espada era la más extendida.

La protección del campamento duró muy poco puesto que en los primeros días de estancia alguien robo la piedra del altar que daba energía a la torre, y el campamento quedó desprotegido. Ren dimitió del liderato del clan zorro, y fue directamente a verse las caras con Karthus de inmortal a inmortal, el nigromante había reclutado un ejercito de seres pútridos y de algunos humanos cautivados por su magia negra. Ren reconoció al herrero entre sus filas e intentó sin éxito hacerle entrar en razón.

Con el miedo los planes de los clanes por destruir a Karthus se aceleraron, pero solo dos de ellos llegaron a completarse. Al mismo tiempo que los primeros nacidos preparaban un ritual para atrapar a Karthus para toda la eternidad, Sandor Bosqueespeso llevó a cabo una siniestra hazaña, en su caso debía matar a un miembro de cada clan, para luego comerse su corazón en rituales caníbales y obtener así su fuerza. A Sandor no le tembló la mano ni con su propio hermano, y se transformó en un lobo de proporciones desmesuradas. Con su nueva fuerza Sandor se enfrentó cara a cara al maldito. Con la ayuda de Elrik y Muradin, se dispuso a batirse en duelo con la muerte.

Algo inesperado ocurrió, en el momento en que se preparaban para comenzar el combate, el clan escorpión traicionó a Azarkia atacando a los reyes de los primeros nacidos y a Sandor por la espalda lo que supuso el fiasco de la misión y la muerte de Elrik y Muradin.

Karthus confiado avanzó persiguiendo a Sandor para darle una muerte lenta y dolorosa. Sandor retrocediendo a duras penas lanzaba ataques que nada hacían al nigromante. La batalla se tornó turbia y mucha gente perdió la vida entonces.

Al mismo tiempo que todo eso ocurría, Shironishi se adentraba en el campamento atraído por la presencia de la espada que él mismo había creado. Fue entonces cuando la encontró en una pila de cadáveres quemados que se usaba para evitar la infección fuera quien fuera quien la llevara había muerto allí. Cuando ya la tenía en la mano, algo llamo su atención, Shiro su discípulo y otro zorro merodeaban por la zona buscando la espada también, pensó matarlos pero en vez de eso, los dejo inconscientes y atados a una viga para que los clanes los juzgaran por sus crímenes.

Corrió todo lo que pudo para dar muerte a Karthus antes de que acabara con todo aquello por lo que un día en vida había trabajado.

Huyendo de Karthus, Sandor tropezó con una raíz que sobresalía, la raíz le llamo la atención y pronto presintió que algo estaba apunto de suceder. Tan pronto el Nigromante se le acercó el árbol que tenía justo al lado se abalanzó sobre él, atrapándole. Sandor aprovechó el momento para correr todo lo que pudo.

La dríada Palmira había completado su ritual con ayuda de Eleanor, atrapó a Karthus y de ambos brotó un bosque en el que quedarían atrapados para siempre. Shironishi se vio sorprendido por ese bosque mientras corría para darle muerte al liche.

Los humanos sobresaltados corrieron todo lo que pudieron para escapar, y aunque alguno no lo consiguió la gran mayoría conservó su vida y Karthus fue vencido.

Sandor, se entregó y confesó todos sus crímenes y sus motivos para realizarlos, la misma Annuviel le arrebató la vida, añadiendo unas palabras sobre lo honorable que había sido entregarse.

La luz volvió a Azarkia, pero el precio que pagaron los primeros nacidos fue demasiado elevado.


Fragmento adaptado de los manuscritos de Ren “El inmortal” por Zadkiel “El sabio”. Los originales están escritos en primera persona con detalles personales de la vida del zorro.