El rey Belbet "puño de Troll"

Si bien es verdad, sentado en mi nueva e incomoda silla, pienso en el como llegue hasta aquí, la cantidad de artimañas y trucos sucios que en mi vida de bribón me toco cometer, el honor de un oso nunca fue mi mayor fortaleza y quizá sea esa la razón por lo que he llegado a destacar.

No puedo dormir... mi estomago se cerro en el momento que esa corona toco mi frente, la responsabilidad que conlleva... no me acobarda en absoluto pero hay mucho trabajo por hacer.

De momento mi plan va según lo previsto, a si que voy a repasar en mi mente todo lo que he hecho: Me he ganado el corazón de la gente, apelando a sus estómagos y sus corazones, raje la garganta de El Coronado con mi hacha aunque luego reviviera, y escupí en la tablilla del segundo en un lugar donde la noticia volase, me he desposado con la Leona, es una mujer con coraje y muy agradable, en la cama también esta a la altura de un oso, creo que empiezo a encariñarme... Los enanos van a trabajar para mi y mi ejercito, me han jurado lealtad absoluta, quiero un ejercito listo para la batalla y bien organizado.

He desposado a mi hija con un escorpión, el muchacho sabe moverse en una pelea, eso es algo que me hace falta y cerca, de esta manera me he ganado el favor de dos casas importantes.

A las serpientes les entregue las gemas de mi boda para poder hacer el ritual de protección, sin ellas la ciudad no estaría a salvo, después de comprobar el ritual y protegerlas en persona durante el mismo la ciudad esta a salvo.

Después de la batalla, conseguimos la corona del Coronado, la misma que fue entregada por las tres brujas y cualquier persona que se la ponga puede caer bajo su embrujo, para asegurarme de que no corra peligro, la guarde sin que nadie la viera, mas que el capitán de los enanos y su fiel guardia, los cuales juraron con sangre no revelar la posición oculta de la misma.

Seguí con mis negocios con el capitán de los Zorros pero vendí toda mi mercancía cuando supe que era el favorito del consejo para ser Rey.

El torneo fue un éxito rotundo, conseguí evaluar a luchadores dispuestos a entrar en mi guardia de honor, un ex oso que paso a servir a los leones, vuelve a mi para instruir a mi ejercito, lo he visto pelear y pelea con la fuerza de muchos hombres ademas sabe mucho sobre tácticas de batalla. Tengo a los mejores mensajeros y los mas veloces ademas de mi grandioso Troll Mordahjin, en las ultimas horas lo he bautizado en nuestra fe con el nuevo nombre de Mordahj, le he echo entrega de una armadura brillante, con una gema engarzada, por cada batalla que gane a mi lado le are entrega de una gema mas, así cuando termine la guerra tendrá una armadura con muchas historias por contar, parece que a mi nuevo amigo le ha animado un poco, parecía triste por que se había desecho de la cachiporra, le he mandado a la herrería para que el mismo señor enano le forje una maza a medida, me ha pedido que la bautice, así que el martillo se llamara "machaca dragones" espero que le de un buen uso y le de honor a su nombre, mas tarde tengo que encomendarle una misión, Mordahj partirá en las próximas horas a un viaje a lo largo de Azarkia durante unas semanas para buscar Trolls y contarles mi historia, el escorpión y Sigfried irán con el, traerán todos los trolls posibles y se unirán a mi ejercito, no como arma de campo sino como arma intimidatoria, los llamare "Machacadores" una unidad de élite para que combatan ami lado, pienso adiestrarlos yo mismo en combate singular si es necesario.

Los enanos siguen estudiando la Corona del coronado sin éxito, tengo que allar la forma de destruirla.
Mientras he pedido un favor a un amigo de los suburbios, le he pedido en secreto que encuentre un elfo o elfa, alguien que la gente no eche de menos o algún ladronzuelo al cual haya que ajusticiar, tengo información de la antigua reina sobre su inmortalidad y tengo que hacer algunos experimentos.
Después de haber dado al pueblo de comer y sacrificado incluso pertenencias personales para dar recursos a nuestro ejercito, por fin me siento a comer una humilde hogaza de pan tostado, no es mucho y lo acompañaría con un trozo de... algo... pero un troll hambriento me pregunto que si me iba a comer la carne y como no paraba de babear no tuve elección.

Creo que voy bien... el pueblo estaba echo un desastre... ladrones por todos lados, he mandado a Mordahj a machacar a unos cuantos que conozco, los va empalar en las murallas, eso espero que intimide a los ladrones y forajidos e implante algo de respeto en los corazones del pueblo hacia mi mandato, soy bueno pero no blando, hacia falta alguien de lo mas bajo para mandar en lo mas alto, los lords y lady pomposas de por aquí no saben lo que es pasar hambre.

Ahora cansado pienso en las leyes que voy a impartir, las propondré al consejo, aunque me da un poco lo mismo lo que puedan decir, las leyes favorecerán al pueblo, me asegurare de tener a la chica escriva cerca que luego lea punto por punto al pueblo, lo que sugiero yo y lo que el consejo deniegue, así tornare al pueblo en contra de aquellos que me lleven la contraria y quien no sea mi aliado terminara al lado de los ladrones que va a traer Mordahj.
No puedo permitirme descansar... aun hay aldeanos hambrientos y soldados desamparados.
Tengo tanto sueño...

Un humilde ciudadano de Azarkiel se acerca a vuestro trono y os dice:

-Mi señor, me han dado unas monedas para entregaros esta carta personalmente

carta para el Rey de Azarkiel: